Durante todo el año debemos tener unos hábitos de higiene y cuidados de los pies para mantenerlos saludables pero cuando llega la primavera, el estado de nuestros pies empieza a ser una preocupación de cara al buen tiempo y al cambio del tipo de calzado.
1)- Baño diario.-
Debemos lavar los pies a diario con agua tibia y un jabón adecuado que no dañe el pH de nuestra piel. No debemos tener a remojo los pies más de 5-10 minutos.
2)- Secado minucioso.-
Secar bien los pies especialmente entre los dedos para que no queden zonas húmedas.
3)- Hidratación diaria.-
Aplicar crema hidratante todos los días para mantener en buen estado la piel de nuestros pies.
4)- Automasaje.-
No debemos olvidar un pequeño masaje después del baño (favorece la circulación y alivia el dolor de pies) con la crema hidratante.
5)- Corte adecuado de las uñas.-
Cortar las uñas de forma recta, sin cortar las esquinas y sin dejarlas ni demasiado largas ni demasiado cortas (unos 2 mm del borde libre de la uña). Si además se quiere pintar las uñas procure que no se convierta en una rutina. El uso excesivo de esmaltes puede perjudicar la lámina ungueal y favorecer la aparición de hongos.
6)- Calcetines/medias de tejidos naturales.-
Escoger los calcetines o las medias cuya composición sea de tejidos naturales, algodón o lana, ya que favorecen la transpiración. Evitar los materiales sintéticos
7)- Calzado adecuado.-
Elegir de cara a la primavera un calzado cómodo, material transpirable, suave, amplio y suela amortiguadora y flexible.
En primavera debido a la inestabilidad del tiempo, todavía se sigue usando el calzado de invierno y los días más calurosos los pies se dilatan y pueden sufrir sudoración excesiva (hiperhidrosis).
Si empiezas a usar las sandalias, asegúrese de que los pies vayan bien sujetos. El tacón de las sandalias debe tener una altura entre 2-4 cms para evitar enguinces de tobillo, sobrecargas en la musculatura posterior de la pierna y en la planta del pie.
Hay que tener en cuenta que aunque el calzado de verano ya esté usado, hay que empezar a usarlo de forma progresiva, ya que el pie está acostumbrado a llevar calcetin y pueden hacernos daño e incluso provocar ampollas.
Recordamos que las chanclas son de uso puntual y limitado, para protegernos de hongos y otras infecciones en lugares como piscinas, playas o vestuarios.
8)- Ejercicio diario.-
Caminar, pasear, andar, correr,… ayuda a activar la circulación sanguínea y a mantener los pies en forma.
9)- Protegerse del sol.-
La piel del pie también debe protegerse con protector solar, aunque no vayamos a la playa, ya que al andar con sandalias el sol nos puede provocar quemaduras en el dorso.
10) -Prevenir mejor que curar.-
Con el calor puede haber cambios en la sudoración del pie. El exceso de sudor o el mal olor pueden ser síntomas de enfermedades como infecciones por hongos o bacterias, que deben siempre ser diagnosticadas y tratadas por el podólogo. Si te sucede, consúltalo cuanto antes.
11)- Acudir al podólogo.-
El invierno es largo y hemos mantenido tapados los pies durante todos estos meses. Es posible que hayamos descuidado algo su mantenimiento por el hecho de que no estaban a la vista de manera continuada. El comienzo de la primavera es la época perfecta para acudir al podólogo para que un experto revise nuestros pies. Dado que es aconsejable hacer por lo menos una revisión anual si no se tiene ningún problema conocido, ésta es una época idónea para realizarla.
En Centro del pie resolveremos tus dudas y te aconsejaremos acerca de cualquier cuestión relativa a los pies.